26 de julio de 2009

La caja de música mágica

Pues eso, pues mire usted, yo me iba a quitar la vida porque mi vida no tenía sentido, mi vida era una mierda, mi mujer me había dejado por otro, mis hijos... uno era drogadicto, el otro era narcotraficante... en fin, una mierda. Y yo me quería quitar la vida, mire usted, la verdad. Me subí a un precipicio y me iba a tirar porque mi vida no valía nada y escuché, pues...

-¡No te tires, no te tires, por favor, no te tires!

Y yo miré para los lados, y no veía a nadie, mire usted, de verdad que no veía a nadie. Y “¡no te tires, no te tires!”. Miré otra vez para atrás y me encontré a una ranita, que me estaba diciendo:

-¡No te tires, no te tires! Mira, te voy a dar un cupón y esta noche te va a tocar el cupón y vas a ser rico y el hombre más feliz del mundo.

Y, pues mire usted, como ya no tenía ya nada que perder, me fui para mi casa, me acosté, y cuando miré el cupón por la mañana, en fin... el hombre más rico del mundo: me habían tocado los cupones, el reintegro, ¡todo! De verdad, se lo juro. Y entonces yo, pues yo que sé, mi mujer volvió conmigo, mis hijos... metí uno en el centro, el otro dejó de vender droga porque ya éramos millonarios... Y yo... pues le tenía que agradecer eso a la ranita, de verdad, se lo juro que yo sólo quería agradecérselo. Y yo fui a buscar a la ranita, allí, y no la encontraba.

-Ranita, ranita, ¿dónde estás?

Y la ranita no aparecía.

-¡Ranita, ranita!

Y escuché ahí un... algo llorando detrás de un cubo de basura, me acerqué, y estaba allí la ranita llorando.

-Ay, ay...

Y yo le dije:

-¿Qué te pasa, ranita, qué te pasa?

-No... es que hace mucho tiempo que no follo...

-Pues, mira ranita... Pues...

Yo le dije que yo me la llevaba para el estanque, que allí había un montón de ranitas. Yo le dije:

-Si yo te llevo al estanque, allí te lo vas a pasar de puta madre, porque allí hay más ranitas...

-No, es que yo no quiero follarme a una ranita... Yo es que quiero... que tú me metas la polla.

Dice, mire usted, me había hecho ganar el cupón, me lo había hecho ganar todo, yo era el hombre más feliz del mundo... Pues mire usted, yo cogí, le abrí las anquitas, le metí la polla... y entonces fue cuando se convirtió en una niña de cinco años, señor juez...



[Directamente extraído de la canción Yo que soy, de Bajo Mínimos.]

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