6 de julio de 2012

Say It

Interludio musical, que se me hace muy pesado ir colgando sólo fragmentos de relato.

Como sabréis (algunos), mañana me toca cantar el Réquiem de Mozart por tercera vez. En el Palau de la Música, señores. De acuerdo, no voy a cantar allí por méritos propios, ni voy a hacerlo como solista ni mucho menos, pero qué demonios. Lo más seguro es que nunca vuelva a pisar el escenario del Palau. Si no es como público, claro. Digamos que es un sueño hecho realidad. Y que tenga que cumplirse de esta manera...

El caso es que la FCEC (Federación Catalana de Entidades Corales) organiza anualmente unos talleres que concluyen con un gran concierto multitudinario. Y este año tocaba Réquiem, y como las del coro en el que canto ya nos lo sabíamos nos apuntamos.

La cosa es que esto de los talleres anuales lo venden como algo super internacional, e invitan a cantar a diversos coros de fuera de España. El lunes pasado, después del segundo ensayo del Réquiem, dichos coros internacionales se presentaron cantando cada uno una canción.

Y allí estaban: un coro de niños austríacos cantando una canción cuya letra decía "calla la boca que yo haré lo que quiera", un coro mexicano entonando un canto dedicado a su ciudad natal, un coro portugués interpretando un poema musicado, un coro polaco cantando gospel. Pero mi favorito fue el argentino, que se ganó una ovación cuando el director anunció que iban a cantar un tango.

Al llegar a casa busqué dicho tango. Aquí lo tenéis. Escuchadlo, porque es precioso. Ah, y tuve que buscar también al llegar lo que significaban ciertas palabras. Viva el español de Argentina. Purrete significa chaval, barrilete significa cometa (el juguete, no el cuerpo celeste) y piolín significa cordel (cordel de cometa, se entiende). Una señora que estaba a mi lado durante el mini-concierto de presentación insistía en que decían "violín" en vez de piolín, y a mí me parecía muy raro que dijeran eso...


Desde chico ya tenía en el mirar
esa loca fantasía de soñar.
Fue mi sueño de purrete
ser igual que un barrilete
que elevándose entre nubes
con un viento de esperanza, sube y sube.

Y crecí en ese mundo de ilusión,
y escuché sólo a mi propio corazón,
mas la vida no es juguete
y el lirismo en un billete sin valor.

Yo quise ser un barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la vida es algo más
que darlo todo por comida.

Y he sido igual que un barrillete,
al que un mal viento puso fin,
no sé si me falló la fe, la voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.

En amores sólo tuve decepción,
regalé por no vender mi corazón,
hice versos olvidando
que la vida sólo es prosa dolorida
que va ahogando lo mejor
y abriendo heridas, ¡ay!, la vida.

Hoy me aterra este cansancio sin final,
hice trizas mi sonrisa de cristal,
cuando veo un barrilete
me pregunto: aquel purrete, ¿dónde está?

1 comentario: