30 de julio de 2009

Vacuity

Eclecticismo.

Y, de esta forma, doy por finalizada nuestra mojigata historia de desamor. Así, sin más. De manera gratuita.

No me gusta cómo escribo. No me gustan las pocas ideas que tengo para escribir. No me gusto.

De vegades hi penso, i si no fos per tu...

29 de julio de 2009

El canto de las sirenas

Pero a veces pienso que lo mejor para mí (y para los dos) hubiera sido que jamás hubiéramos compartido más que dos palabras. Aún así, por aquellos tiempos la pasión me quemaba, ardía dentro de mí. No sé si me explico. Yo sólo tenía ganas de abrazarla, besarla, tocarla, quitarle la ropa... ese tipo de cosas.

Ahora que lo pienso detenidamente, entiendo que se fuera con un músico de jazz. Veréis, yo toco la viola, me dedico a ello profesionalmente, quiero decir. Y cuando ella y yo hacíamos el amor (¡já!)... era como una sonata. La solista era ella, yo más bien me dedicaba a hacer de bajo continuo.

Pero lo cierto es que yo la guiaba, era yo el que marcaba el ritmo. Ella se dejaba llevar, y al principio empezaba con un adagio en el primer movimiento, un adagio lento para torturarla sin piedad, un adagio de esos que avanzan pero no quieren llegar a su destino. Seguía con un andante algo más rápido. Cuando ya no podía aguantarlo más pasaba al allegro... Llegados a este punto sus gemidos se volvían la mejor de las arias operísticas. El sotto voce de sus jadeos del principio se volvía casi un cridato de gritos con glissando incluído. Ella explotaba con el prestissimo del movimiento final.* Y yo me tiraba a su lado y reflexionaba sobre todo y sobre nada a la vez. Entonces ella me miraba, pero no sonreía.

Ahora sé que el problema no era cómo lo hacía, era que no le gustaba mi estilo. Demasiado acurado, demasiado "perfecto" en cuanto a estructura y práctica. Parecía que todo lo tuviera preparado de antemano, parecía que siempre acababa tocando para ella la misma pieza. Como la música clásica. A ella no le gustaba que fuera todo tan "cuadrado", necesitaba cosas nuevas, necesitaba... a alguien que improvisara cada vez que follaran, un ritmo indefinido y "vacilón", una jam session sexual. Saxofonista de mierda.


* Fantasía sinfónica Francesca da Rimini, Opus 32, de Tchaikovsky. (Sólo el último minuto.)

27 de julio de 2009

Little Love






Come on, dance around, shine upon the ground, from me... to you...
Don't you know I'm strong? I could win the world for you... for you...
Don't you ever cry, I would stop breathing for you... for you...
Don't worry, life is easy...
Don't worry, life is easy...
Did you ever fly? Let me teach you how, I'll do... I'll do...
Drive upon the mountains, dive into the moon, I'll do... I’ll do...
Don't worry, life is easy...
Don't worry, life is easy...
Be my unicorn, I'll chase all the dragons for you... for you..
I'll build you a castle, silver gold, it's your favorite color, I've been told...
Don't worry, life is easy...
Don't worry, life is easy...




[Ha sigut llegir la lletra d'aquesta cançó i posar-me a plorar com una tonta...]

El color del mar







Vi cómo se fue, sin mirar atrás, sin hablar, casi sin decir adiós. Sólo se llevó algo que leer y un reloj que vivió siempre con él.

Desapareció un atardecer algo gris, nadie le llamó después. Solamente se llevaba sus recuerdos.

¡Gris!
Así es el cielo que ve partir a este mártir, buscando consuelo, escapando al fin. Quería sentir el calor del sol, estoy armado de valor, no tengo miedo a morir. Dejaré de sufrir si olvido o dejo en este largo camino aparcado algo de mí. El pasado me persigue, pero yo decidí empezar de cero, así que me largo ya de aquí. Un reloj marca las horas, voy andando a solas. Estoy deseando escuchar las olas del mar y poder encontrar la paz al saber que no tendré que volver a mirar hacia atrás. Estoy cansado pero sigo, cada vez es más difícil caminar, por eso al rap le pido que me ayude y sea mi abrigo, que no caiga en el olvido, que marque de nuevo el rumbo en el cuaderno donde escribo. Y al fondo distingo una luz, parece que estoy cerca de la cruz que marqué en el mapa. De pronto, sin saber por qué, está cambiando mi actitud, quizás por el color que me atrapa...

Cuando descubrió el color del mar se paró, se quedó sentado allí. Empezó a reír, empezó a besar aquél mar tan desnudo como él. Intentó nadar, se dejó mecer y sintió el agua sobre su piel. Y de pronto se olvidó de sus recuerdos...

¡Azul!
Es el color que me fascina, me imagino flotando desnudo en aguas cristalinas. Lo olvido todo, ya estoy solo con la arena, descalzo, más moreno, y sin veneno por mis venas. Sonrío, la vida es mala pero yo me río, me río de ti, de mí, de todos mis líos, míos son como este son con el que olvido malos tragos cubiertos de ron dulce que no pago. En esta playa busca un faro, simboliza las vueltas de la vida, que giran tu cuerpo con descaro. No des la espalda a buenos tiempos, todo es caro pero llega, no es dinero lo que llena este disparo. Avaro por la felicidad por norma, que colma y reforma mi horma. Mi alma, cada vez más en calma, se salva de estar mal por el peso de mi espalda. Y, por cada calada que doy, diez mil recuerdos malos que olvidamos si empezamos desde hoy. Mañana Dios dirá si existo dónde estoy, un b boy que descubre paso a paso lo que soy.

Dejó enterrado el reloj de su niñez, las horas que pasó sin nada que decir. Sintió de nuevo inmensas ganas de volar, de vivir...

Cuando descubrió el color del mar se paró, se quedó sentado allí. Empezó a reír, empezó a besar aquél mar tan desnudo como él. Intentó nadar, se dejó mecer y sintió el agua sobre su piel. Tuvo ganas de volar, tuvo ganas de reír, tuvo ganas de gritar, tuvo ganas de volar... de vivir...

26 de julio de 2009

La caja de música mágica

Pues eso, pues mire usted, yo me iba a quitar la vida porque mi vida no tenía sentido, mi vida era una mierda, mi mujer me había dejado por otro, mis hijos... uno era drogadicto, el otro era narcotraficante... en fin, una mierda. Y yo me quería quitar la vida, mire usted, la verdad. Me subí a un precipicio y me iba a tirar porque mi vida no valía nada y escuché, pues...

-¡No te tires, no te tires, por favor, no te tires!

Y yo miré para los lados, y no veía a nadie, mire usted, de verdad que no veía a nadie. Y “¡no te tires, no te tires!”. Miré otra vez para atrás y me encontré a una ranita, que me estaba diciendo:

-¡No te tires, no te tires! Mira, te voy a dar un cupón y esta noche te va a tocar el cupón y vas a ser rico y el hombre más feliz del mundo.

Y, pues mire usted, como ya no tenía ya nada que perder, me fui para mi casa, me acosté, y cuando miré el cupón por la mañana, en fin... el hombre más rico del mundo: me habían tocado los cupones, el reintegro, ¡todo! De verdad, se lo juro. Y entonces yo, pues yo que sé, mi mujer volvió conmigo, mis hijos... metí uno en el centro, el otro dejó de vender droga porque ya éramos millonarios... Y yo... pues le tenía que agradecer eso a la ranita, de verdad, se lo juro que yo sólo quería agradecérselo. Y yo fui a buscar a la ranita, allí, y no la encontraba.

-Ranita, ranita, ¿dónde estás?

Y la ranita no aparecía.

-¡Ranita, ranita!

Y escuché ahí un... algo llorando detrás de un cubo de basura, me acerqué, y estaba allí la ranita llorando.

-Ay, ay...

Y yo le dije:

-¿Qué te pasa, ranita, qué te pasa?

-No... es que hace mucho tiempo que no follo...

-Pues, mira ranita... Pues...

Yo le dije que yo me la llevaba para el estanque, que allí había un montón de ranitas. Yo le dije:

-Si yo te llevo al estanque, allí te lo vas a pasar de puta madre, porque allí hay más ranitas...

-No, es que yo no quiero follarme a una ranita... Yo es que quiero... que tú me metas la polla.

Dice, mire usted, me había hecho ganar el cupón, me lo había hecho ganar todo, yo era el hombre más feliz del mundo... Pues mire usted, yo cogí, le abrí las anquitas, le metí la polla... y entonces fue cuando se convirtió en una niña de cinco años, señor juez...



[Directamente extraído de la canción Yo que soy, de Bajo Mínimos.]

20 de julio de 2009

I cannot see his color

Admito que jamás sintió algo de verdad por mí. Ambos lo sabíamos, pero ella me tenía tan absorto que creo que yo era incapaz de hacer algo para mantener mi dignidad. Era eso, y el hecho de que estuviera profundamente convencido de que jamás podría dejarla. Por muy mal que fueran las cosas. La necesitaba. Llegados a cierto punto, logré admitir que la nuestra no era una relación de amor, ni de odio, ni de indiferencia, ni de afecto, ni siquiera de tolerancia. Era una relación de pura y simple dependencia. Dependencia, claro está, que sentía yo hacia ella, y no viceversa. Creo que he dejado claro el mensaje. Un día comprendí que no podía soportar durante más tiempo aquella situación, y decidí hacer algo al respecto...

Vale, tengo que decir que no la dejé yo, fue ella la que me abandonó para marcharse con un músico de jazz bohemio y seductor, de esos que tienen la voz pastosa y las manos suaves.

13 de julio de 2009

Fog Bound

Por lo menos antes de morir reconoció que nunca antes había sentido nada parecido a lo que entonces sintió por mí. Quién sabe... Quizás incluso sabía que yo la quise de la misma forma. Pero jamás imaginé la eternidad de su sueño de esta manera. Infinitas veces había fantaseado (para alimentar mi masoquismo, más que nada) con que se la tragaba la tierra, con que volaba por los aires, con que las olas la arrastraban hacia las profundidades del mar -que tarde o temprano todo lo devuelve-. Pero ni en mis más oscuras pesadillas podía ni alcanzar a suponer lo que le pasaría...



(A ver cómo acaba esto.)

12 de julio de 2009

Right Now

Las chicas dan asco, no se cuántas veces me lo tendrá que repetir el destino para que lo entienda.


Right now...
(Can't find a way to get across the hate when I see you...)
Right now...
(I feel it scratch inside, I wanna slash and beat you...)
Right now...
(I rip apart the things inside that excite you...)
Right now...
(I can't control myself, I fucking hate you...)